Por: Jaime Cervantes Valdez
Estudiante de Ciencia Política UAN
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Sólo 100 días en el poder le han bastado al priismo, para dar las muestras fehacientes de que es posible regresar a las viejas prácticas presidencialistas del Salinato. De que están dispuestos a correr los riegos, así como a realizar las acciones necesarias para restaurarlo. No les ha sido difícil hacerlo, prácticamente no han tenido resistencia alguna de los partidos políticos de oposición, ni de personajes políticos con arrastre social.
Las acciones han sido rápidas, sin perder el tiempo en los costos políticos hacia la opinión pública, y haciendo concesiones para llegar a acuerdos firmes con la "oposición" más próxima a sus intereses. En el año 2000, los priistas rápidamente se adecuaron a su rol de opositores, y ahora rápidamente se adecuan a su rol de gobernantes. Las acciones han sido tan rápidas, y entrelazadas que solamente separándolas podríamos ver el camino recorrido y lo que pudiese continuar.
1) PACTO POR MÉXICO.- Este pacto, no solamente ha eliminado el debate político y neutralizado a los partidos de oposición, sino también ha logrado otros objetivos: ha legitimado a Peña Nieto, como un líder pluralista y democrático con la capacidad de unificar al país –por medio de partidos- en torno a un proyecto de nación; neutralizó cualquier oposición real que disputase el control en el poder legislativo o los estados; dominó la política nacional, fijando la agenda pública y trabajando sobre ella. En resumen, sometió a toda la clase gobernante y política para que se trabaje en concordancia a los acuerdos del pacto por “el bien de la nación”.
2) CONTROL SOBRE EL CONGRESO DE LA UNION.- En las últimas 5 legislaturas eran los líderes parlamentarios en los que decidían la agenda legislativa y, tenían un rol de contrapeso al poder ejecutivo, actualmente ese rol ha desaparecido. Hoy en el congreso no se discute. Las reformas vienen acordadas desde el Pacto por México para ser solamente votadas sin la menor discusión. Ese fue, por ejemplo, el proceso de la Reforma Educativa recientemente aprobada. El Congreso dejo de ser caja de resonancia a los temas nacionales, y tribuna para las discusiones y acuerdos de la clase política. Día a día pierden poder, o inclusive independencia en sus decisiones individuales, propiciada, por ejemplo, con la eliminación de la inmunidad parlamentaria. En sí, el congreso, ha quedado relegado al rol de auxiliar del pacto por México.
3) NEUTRALIZACIÓN DE LOS GOBERNADORES. Quizás, han sido los gobernadores los que más poder y autonomía adquirieron durante los pasados 2 sexenios, por lo tanto es el mayor reto del peñato en sus pretensiones de volver al viejo status quo del Estado Mexicano. Por esa razón no ha dejado de insistir en restarle, paulatinamente, autonomía a los estados. Hasta ahora han sido dos las medidas que se están gestando: supervisión de las finanzas y la deuda pública estatal y municipal; y control sobre sus policías por medio de la recién creada Gendarmería Nacional.
4) AGRESIVA POLÍTICA SOCIAL.- La llamada “Cruzada contra el Hambre” pudiera tener 3 pretensiones, una: Adquirir la legitimidad ante la sociedad después, de unas elecciones turbulentas como las vividas el año pasado; dos: utilizar dicho programa social con fines propagandísticos electorales con vistas a recuperar el control político en zonas precisas o electoralmente débiles para el partido de estado; y tercera: rebasarle a la izquierda, por la izquierda. Lo cierto es que no busca en sí, la eliminación del hambre, sino tal como lo hiciera Salinas en su sexenio, busca la maximización del capital político que dan los programas sociales.
5) ALINEAMIENTO DE SINDICATOS CORPORATIVISTAS.- El corporativismo sindical fue uno de los pilares del viejo régimen priista, pilar que no quisieron disolver los gobiernos panistas, sino que al contrario, lo mantuvieron vivo aunque disgregado. El Peñato está llamado a recomponerlo bajo la silla imperial, pero no bajo las premisas del pasado, sino actualizado a las nuevas funciones del Estado y las políticas neoliberales. La detención de Elba Esther Gordillo, dirigente máxima del SNTE, fue una llamada de atención del nuevo régimen para aquellos que no sepan “ponerse de acuerdo por México”, Así se inicia una nueva era, donde se termina la libertad de los sindicatos afines al PRI –que por 15 años tuvieron- en su juego electoral.
6) ELIMINACIÓN DE LA SANA DISTANCIA CON EL PARTIDO.- No se puede tener el control total del aparato del estado, sin tener el control sobre el partido que te sostiene en el poder, posiblemente eso fue lo que Peña Nieto le aprendió a los dos pasados sexenios, donde en algunas ocasiones las pugnas internas dentro del PAN dieron al traste diversos mandatos de los Presidentes en turno. El Peñato reinstauró formal y abiertamente la injerencia del Presidente en las decisiones del partido, así como su primacía –dedazo- en la selección de candidatos.
7) REINCORPORACIÓN DE LOS INSTITUTOS GUBERNAMENTALES AUTONOMOS. De los 12 años panistas, lo poco que se le pudiera reconocer, son organismos autónomos como el IFAI, organismos que parecieran inmunes al nuevo régimen por la protección dada a ellos constitucionalmente, pero que de igual forma se tambalean por los nuevos aires políticos. El Peñato intenta aprovechan la pasividad legislativa, y los problemas internos de dichos organismos (IFE, IFAI, COFETEL) para reestructurarlos primero constitucionalmente, y después administrativamente, lo que les permitiría colocar personajes afines en puestos claves. Eso es lo que se esta viendo, por ejemplo, en el IFAI, donde el PRI utilizando los problemas internos del Instituto, ha planteado reformarlo y deponer a sus integrantes para colocar integrantes nuevos. No dudo que lo logren.
Como vimos, el Pacto por México, es crucial para los intereses del Priismo en el poder, pero tampoco es eterno, ya que se empiezan a ver fisuras a su interior, principalmente en el tema del IVA a medicinas y alimentos, así como en la reforma energética. Por lo tanto, el PRI, y principalmente el poder ejecutivo, aprovecharán ésta coyuntura actual para sacar adelante todo lo que sea necesario y posible para poder afianzar su poder presidencial al viejo estilo, al estilo que aprendió y admiró desde joven el actual jefe de estado.