Escrito por: Jaime Cervantes Valdez
facebook.com/jcervantesvaldez
Seguir a @jcervantesvaldz
NARCOTRAFICO vs NARCO VIOLENCIA
La sangre en la calle es lo nuevo y lo que impacta, porque el narcotráfico ha existido desde siempre, la ilegalidad del narco la hemos vivido desde hace décadas, el dinero del narcotráfico lo estamos gastando y/o disfrutando desde los que se instalo en nuestro país; estamos conviviendo con narcotraficantes, narconegocios, narcotienditas, narcoventa desde hace tanto que ya olvidamos aquella primera impactante vez que vimos a alguien vendiendo droga o consumiéndola. Por eso lo que nos impacta y a la vez tememos es esa nueva sensación de escuchar una balacera, de ver un cadáver en la calle, ver las casas o carros baleados.
El día de ayer yendo a la escuela me encontré unos individuos vestidos de civil en tsuru con placas particulares cargando cuernos de chivo semiescondidos en las piernas, algunos dirían que son judiciales, pero no, sus ojos, postura, dentadura, tensión y desesperación indicaban que los tripulantes eran gatilleros del narcotráfico. Me molesto ver eso en mi ciudad, y me molesto como le hubiera molestado a cualquier ciudadano común y corriente, pero ese impacto de "la primera vez" hizo que simplemente me paralizara del temor.
El día de hoy olvidando completamente el desagradable incidente de un día anterior, y en un ataque de liberarnos de la continua tensión decidimos unos compañeros y yo salir a un “centro botanero” -esos sencillos restaurantes donde pagas solo la cerveza que consumes pero te comes gratis cuanto marisco quieras- en mi ciudad todos sabemos que esos “botaneros” son lavaderos o blanqueo de dinero, pues ¿Quién te va regalar comida en un mundo capitalista?. Y tenemos claro que el dinero que allí se purifica va a la compra de droga y armamento, al pago de nomina, y de paso a la creación de nuevos empleos en la ciudad.
¿Sentimos miedo estando comiendo y contribuyendo libremente a una célula económica del narcotráfico? No! y no lo sentimos porque esos lavaderos de dinero han estado desde mucho antes de que la violencia empezara. No les tenemos miedo porque al final de cuentas en una ciudad sin industrias pero con mucha falta de empleos son esos negocios sucios los que sostienen económicamente a un fuerte sector poblacional, y los “botaneros” son solo uno de los muchos ramos que utiliza el narcotráfico, allí están los bares, los antros, los lavados de carros, las tiendas de ropa, el transporte y otros muchos EMPLEOS INDIRECTOS DE NARCOTRAFICO.
A diferencia de ahora antes de la llegada de Calderón sabíamos quienes era los narcotraficantes locales, donde vivían, como se vestían, su comportamiento, su modus operandi, los negocios legales controlaban y cual era su área de influencia; los respetábamos y admirábamos, no se metían con nosotros, ni nosotros con su ilegal pero al final legitimo negocio de venta de drogas. Eran parte del paisaje urbano en los estados del norte del país donde eran ciudadanos antes que delincuentes. Ahora la situación es deplorable, el efecto cucaracha que ocasiona una migración externa de narcotraficantes ha ocasionado guerra donde había paz, y miedo donde había tranquilidad.
LAVANDO LOS CEREBROS
Con esto no trato de justificar al narcotráfico, sino al contrario, me resulta indignante que el estado mexicano por décadas estuviera permitiendo abiertamente la penetración intensa del narcotráfico en nuestras vidas, que se haya dejado a la delincuencia organizada como suplente en la generación de empleos, activación de la industria y el mercado nacional, y en muchas ocasiones inclusive se le dejara al narco la tarea de la prestación de servicios públicos o construcción de obra para el beneficio social. Por años nos inculcaron indirectamente que el narcotráfico era bueno para un país en desarrollo, que los capos eran grandes “empresarios” que traían remesas que servían para nuestro crecimiento económico, y ahora, ahora vienen a meternos la idea de que no, de que siempre no son personas buenas, que en realidad son dañinos para el país y que hacen tambalear a nuestra industria.
Pero mientras el gobierno federal con una mano nos intenta nuevamente reprogramar el cerebro a través del miedo, con la otra mano siguen manteniendo al monstruo del crimen organizado impulsando reformas judiciales para seguir comprando armamento que se utilizara en nuestras plazas para asesinar a los narcotraficantes pero no impulsan reformas fiscales para poder acabar con las fuentes de dinero producto de la droga, impulsan un mando único policial pero no controla a las instituciones financieras que legalmente limpian el dinero sucio. Invierte 10,000 millones de dólares anuales en una guerra militar pero no invierte lo necesario para la creación de empleos, educación, vivienda, seguridad social; ¿entonces donde esta la congruencia entre lo que se predica con lo que se realiza? ¿Cuál es el verdadero trasfondo de esta guerra?
UN SUCIO TRASFONDO
Algunos dirán que es maquiavélico pero no seria la primera vez que esto de implantara, la finalidad de esta guerra es mantener el poder presidencial, y esto se logra creando un MIEDO que a su vez crea una NECESIDAD. El miedo ahora contra la violencia (impulsada por el mismo gobierno a través de la guerra) creara la necesidad de seguridad ¿y quien nos da la seguridad? El gobierno panista con esta guerra, y será el pueblo mexicano quien poco quien exija más tropas en las calles aun si estas son extranjeras. Estas estrategias ya se utilizaron en Colombia creando el miedo a las FARC-EP que mantuvo a Uribe en el poder un largo periodo, en España con el miedo a ETA manteniendo a Aznar en la presidencia, en Italia con el miedo a los migrantes creado por Berlussconi, en México con el miedo a la desestabilización económica manteniendo al PRI muchos años en el poder. Por eso no es de extrañarse el hecho de que los dirigentes panistas quienes apoyaron al presidente en llevar la guerra a las calles de las ciudades ahora exijan seguridad y que cesen los enfrentamientos armando.
¿Pero como vencer el miedo?, vencimos el miedo a la influenza AH1N1 cuando nos dimos cuenta que era una farsa, y nos dimos cuenta de la falsedad cuando la información empezó a fluir por medios alternativos, ahora debemos utilizar estos mismos medios para informarnos sobre esta guerra, sobre quien la inicio, sobre los movimientos territoriales del narcotráfico y sus consecuencias, sobre la colusión del estado mexicano con el crimen organizado, sobre el juego de poder; y solo así nos daremos cuenta de que esta guerra es un gran teatro montado por los que se sienten amos y dueños de México, solo que es un teatro donde los que pierden somos los espectadores a los que nos pueden asesinar solo por el poder.