Por: Jaime Cervantes Valdez/Admin
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A lo largo y ancho del globo terráqueo voces judías enaltecen y glorifican la invasión por parte de Israel a Palestina. Se dicen seguidores de las reglas plasmadas en el Tanaj y el Halajá, y respetuosos de la obra de Dios. Pero aun así se hacen oídos sordos para no escuchar el llanto de los niños y mujeres palestinos asesinados; se tapan los ojos para no ver la sangre del pueblo derramada en las calles de la franja de Gaza, en Cisjordania, en Jerusalén y Líbano por las balas de ejército hebreo. Se cubren la nariz para no oler los cuerpos fétidos en descomposición de cientos de semejantes asesinados, y lo peor es que se enorgullecen del genocidio.
Dicen que es defensa legítima, pero siempre me he preguntado: ¿Defensa de qué? ¿De niños palestinos que pronto crecerán y defenderán su territorio verdaderamente legítimo? ¿De madres que inculcan en la familia las raíces musulmanas a sus hijos? ¿Defensa de los ancianos que no olvidan cuando los palestinos eran libres en su territorio? Porque pareciera ser que los violentos ataques de los últimos días más que ir dirigido a los militantes de Hamás, van dirigidos contra el mismo pueblo: Se enorgullecen de que un soldado israelita con un arma de alto poder logró detener la insurgencia de un joven con una piedra.
Pero definitivamente hay una pregunta que todos debemos reflexionar: ¿Quién tiene la legítima defensa del territorio? ¿Los judíos israelitas que llegaron a Palestina a inicios de la segunda mitad del siglo XX? ¿O los palestinos que vivían en ese territorio, del ahora Israel, desde hace siglos? Y si lo reflexionas te darás cuenta quién tiene la legítima defensa de su territorio, quién fue el invasor y quién fue el invadido; no desde hace unos días, sino desde hace ya varias décadas. Y si no logras deducirlo, imagina que un día, millones y millones de personas extranjeras llegan a tu país por decisión de organizaciones internacionales sin consultártelo. Llegan, se instalan, te desplazan, te quitan tus tierras, tu casa, tu cultura, tu forma de gobierno, el nombre a tu país, la bandera de tu patria, tu derecho al libre tránsito y te acusan de terrorista por pensar diferente y por defender tu cultura ¿Qué pasaría? pues pasaría lo que está pasando en estos momentos en Israel, antes Palestina.
Pareciera que el holocausto que los judíos lamentablemente sufrieron durante la Europa nazi-fascista, de finales de la primera mitad del siglo, quisieran aplicar la misma estrategia con el pueblo palestino. Y lo que digo no es producto de mi imaginación, sino producto de la realidad. Encerrando al pueblo palestino en grandes ghettos con murallas de más de 10 metros de altura alrededor, dividiendo pueblos, ciudades y al país entero donde para salir o ingresar ocupan un permiso del gobierno israelita; encerrados con muchas carencias, producto del semi-bloqueo alimentario y económico. Asesinando al pueblo no con gases, ni campos de exterminio, sino de una forma lenta como es el hambre y la miseria . Y en muchas ocaciones rapidas y violentas con el uso de las balas, misiles y tanques, lanzados por años en diferentes épocas.
Pero aun así estoy seguro que Palestina resistirá. Y más temprano que tarde, triunfará.