noviembre 30, 2012

CANCIÓN ANTIGUA A CHE GUEVARA




CANCIÓN ANTIGUA A CHE GUEVARA

de Mirta Aguirre

-¿Dónde estás, caballero Bayardo,
caballero sin miedo y sin tacha?

-En el viento, señora, en la racha
que aciclona la llama en que ardo.

- ¿Dónde estás, caballero gallardo,
caballero sin tacha y sin miedo?

-En la flor que a mi vida concedo:
en el cardo, señora, en el cardo.

-¿Dónde estás, caballero seguro,
caballero del cierto destino?

-Con la espada aclarando camino
al futuro, señora, al futuro.

-¿Dónde estás, caballero el más puro,
caballero el mejor caballero?

- Encendiendo el hachón guerrillero
en lo oscuro, señora, en lo oscuro.

-¿Dónde estás, caballero el más fuerte,
caballero del alba encendida?

-En la sangre, en el polvo, en la herida,
en la muerte, señora, en la muerte.

-¿Dónde estás, caballero ya inerte,
caballero ya inmóvil y andante?

-En aquel que haga suyo mi guante
y mi suerte, señora, mi suerte.

-¿Dónde estás, caballero de gloria,
caballero entre tantos primero?

-Hecho saga en la muerte que muero:
hecho historia, señora, hecho historia.





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(Tomado del libro: Poemas al Che)



noviembre 27, 2012

YO TUVE UN HERMANO - JULIO CORTAZAR



Che Guevara bebiendo mate, tradicional bebida argentina


YO TUVE UN HERMANO

de Julio Cortázar

Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.

Lo quise a mi modo
le tomé su voz
libre como el agua.

Camine de a ratos
cerca de su sombra
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

(Tomado del libro: Poemas al Che)



noviembre 24, 2012

Protesta de estudiantes de economica en Harvard ante la falta de objetividad.




Un un hecho insólito, digno de ser incluido en la saga de “Aunque usted no lo crea”de Ripley, el pasado 02.11.2011, un grupo de estudiantes de economía tomó la decisión de retirarse en bloque de la cátedra de Introducción a la Economía de la Universidad Harvard, en protesta por el contenido y el enfoque desde el cual se imparte esta materia.
¿Qué hay de asombroso en este hecho?. En primera lugar, la protesta tuvo como destinatario directo al conocido economista Gregory Mankiw, ex asesor del Presidente George W. Bush y autor de uno de los manuales de macroeconomía más utilizado en las escuelas de economía dentro y fuera de Estados unidos. En segundo lugar, porque de acuerdo a la carta entregada por los/as estudiantes antes de retirarse de la cátedra, el motivo de la protesta fue su indignación por lo que consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la actual crisis económica. Y en tercer lugar, se trata de un hecho insólito, porque los integrantes del movimiento estudiantil detrás de este hecho de indignación académica en contra del pensamiento único neoclásico, pertenecen a la élite económica, social y política de los Estados Unidos, que se forma en la Universidad de Harvard para dirigir las corporaciones empresariales globales y/o para asesorar a los gobiernos en materia de políticas económicas y financieras.
En diversos párrafos de la carta al profesor Mankiw se lee: “hoy estamos abandonando su clase, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y nuestra sociedad en general (…)Un estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes modelos económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas alternativas. No hay ninguna justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que, por ejemplo, la teoría keynesiana ..(…) ..Los graduados de Harvard juegan un papel importante en las instituciones financieras y en la conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial. Los últimos cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”. La carta concluye: “No estamos retirando de su clase este día, tanto para protestar por la falta de discusión de la teoría económica básica y como para dar nuestro apoyo a un movimiento que está cambiando el discurso estadounidense sobre la injusticia económica (Occupy wall street) . Profesor Mankiw, le pedimos que se tome nuestras inquietudes y nuestro retiro de su clase en serio”.
Según reportan los escasos medios de comunicación que le dieron cobertura a esta protesta, el movimiento de los estudiantes de Harvard a favor de una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras demandas para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una de éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos para el personal de servicios de la universidad que sufre las políticas de flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a la clase trabajadora norteamericana. Movimientos similares han comenzado a surgir en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y en la Universidad de Berkeley (California)
El movimiento iniciado en Harvard por un cambio en el enfoque dominante de la enseñanza de la economía no es nuevo. Más bien es un movimiento que viene a sumarse a la iniciativa por un cambio en la enseñanza de esta disciplina que iniciaron en mayo de 2000 los y las estudiantes de las universidades francesas y que meses después recibió el apoyo de estudiantes de Cambridge, Inglaterra.
Profesor  Gregory Mankiw
En ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública una carta declarándose globalmente descontento por la enseñanza recibida, que les impedía lograr una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales las personas se enfrentan en el mundo real. Un pasaje de esta carta señalaba que “ la mayor parte de nosotros ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos la teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a esta expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al profesorado francés similar al mensaje enviado al profesor Mankiw: ¡Despiértense antes de que sea demasiado tarde!.
Hace casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de dicha universidad, que la función de las universidades no es hacer que los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero sino que su función es formar personas con capacidad de pensar por si mismas. De acuerdo a este gran economista y filosofo, las universidades deben enseñarles a las personas a “Poner en duda las cosas; no aceptar doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso escrutinio de la crítica negativa, sin dejar pasar inadvertidas falacias, incoherencias o confusiones; sobre todo, insistir en tener claro el significado de una palabra antes de usarla y el significado de una proposición antes de afirmarla……. El objetivo de la universidad no es enseñar el conocimiento requerido para que los estudiantes puedan ganarse el sustento de una manera particular. Su objetivo no es formar abogados ó médicos ó ingenieros (ó economistas) hábiles, sino seres humanos capaces y sensatos……. Los estudiantes son seres humanos antes de ser abogados, médicos, comerciantes o industriales; y sí se les forma como seres humanos capaces y sensatos, serán por sí mismos médicos y abogados (y economistas) capaces y sensatos”.
Es obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias, sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal. Probablemente uno de los principales factores explicativos de la crisis en la enseñanza de una economía crítica e integral, es la pérdida de la identidad e independencia de las universidades debido a que han sido capturadas por los intereses de las corporaciones y/o por la demanda del mercado. Se les ha presionado directa (o indirectamente) a convertirse en empresas educativas con la misión de formar a los dos tipos básicos de economistas que demanda el mercado en la fase actual del capitalismo: economistas especialistas altamente calificados/as y economistas generalistas poco calificados/as para apoyar a especialistas o para desempeñarse en funciones gerenciales. Esto a su vez ha conducido a una especie de fragmentación del conocimiento y a la ausencia de pensamiento crítico. ¿El resultado final? Economistas formados para adaptarse y/o colaborar con el status quo que mantiene a la mayor parte de la humanidad en la exclusión y la pobreza.
El mensaje que desde Harvard envían los y las estudiantes de economía, no debería pasar desapercibido por las escuelas de economía del mundo entero, en particular por las escuelas de economía de los países del sur. Es tiempo de rectificar el rumbo (si se ha perdido en algún momento). Es tiempo de separar la verdadera función universitaria de la función de formación técnica superior, y sobre todo, es tiempo de devolverle a la enseñanza de la economía el carácter crítico, riguroso e integral que tanta falta hace en los momentos actuales de crisis sistémica que ha provocado el sistema capitalista.
Si no actuamos ahora, con hechos y no con meros discursos, las escuelas de economía (y quienes trabajamos en ellas) estamos en riesgo de correr – más tarde o más temprano- con la misma suerte del desafortunado profesor Mankiw.


EN LA MUERTE DE CHE GUEVARA (POEMA)



Imagen del Fidel Castro (izquerda) y el Che (derecha) durante su estancia en
un centro de migración en la Cd. de México

EN LA MUERTE DE CHE GUEVARA

de José Corredor Matheos 


Hoy han matado a un hombre:
a un hombre vivo
Camarada de todos, 
enemigo
de lo que estaba muerto
ya y podrido.

Hoy han matado a un hombre,
y han vertido
lo que llevaba dentro,
como un vino

Todo lo que buscaba,
lo que quiso,
baja por las montañas,
entre los pinos,
como monte caliente,
como un rio

Hoy han matado a un hombre
perseguido
por los que están ya muertos.
Con su vino,
con la sed de su sangre,
se han vestido,
y han encendido hogueras,
y han escrito
que la justicia entraba
en el olvido

Hoy han matado a un hombre:
al amigo
de todo lo que lucha
y esta vivo.
Lo han matado mil veces,
lo han seguido
matando sin parar,
sin conseguirlo.
Lo han matado mil veces
en mil sitios.
juegan con sus entrañas.
Y esta vivo.


 (Recopilados en el libro "Poemas al Che")




noviembre 13, 2012

LEY DE HERODES (CAPITULO II)



Jorge Ibargüengoitia de Boy Scout
LA  LEY  DE  HERODES*

JORGE IBARGÜENGOITIA



Sarita me sacó del fango, porque antes de conocerla el porvenir de la Humanidad me tenía sin cuidado. Ella me mostró el camino del espíritu, me hizo entender que todos los hombres somos iguales, que el único ideal digno es la lucha de clases y  la victoria del proletariado; me hizo leer a Marx, a Engels y a Carlos Fuentes, ¿y todo para qué? Para destruirme después con su indiscreción. 


No quiero discutir otra vez por qué acepté una beca de la Fundación Katz para ir a estudiar en los Estados Unidos. La acepté y ya. No me importa que los Estados Unidos sean un país en donde existe la explotación del hombre por el hombre, ni tampoco que la Fundación Katz sea el ardid de un capitalista (Katz) para eludir impuestos. Solicité la beca, y cuando me la concedieron la acepté; y es más, Sarita también la solicitó y también la aceptó. ¿Y qué?

Todo iba muy bien hasta que llegamos al examen médico. . . No me atrevería a continuar si no fuera porque quiero que se me haga justicia. Necesito justicia. La exijo. Así que adelante. . .La Fundación Katz sólo da becas a personas fuertes como un caballo y el examen médico es muy riguroso. No discutamos este punto. Ya sé que este examen médico es otra de tantas argucias de que se vale el FBI para investigar la vida privada de los mexicanos. Pero adelante. El examen lo hace el doctor Philbrick, que es un yanqui que vive en las Lomas (por supuesto), en una casa cerrada a piedra y cal y que cobra... no importa cuánto cobra, porque lo pagó la Fundación. La enfermera, que con seguridad traicionó la Causa, puesto que su acento y rasgos faciales la delatan como evadida de la Europa Libre, nos dijo a Sarita y a mí, que a tal hora tomáramos tantos más cuantos gramos de sulfato de magnesio y que nos presentáramos a las nueve de la mañana siguiente con las "muestras obtenidas" de nuestras dos funciones.

¡Ah, qué humillación! ¡Recuerdo aquella noche en mi casa, buscando entre los frascos vacíos dos adecuados para guardar aquello! ¡Y luego, la noche en vela esperando el momento oportuno! ¡Y cuando llegó, Dios mío, qué violencia! (Cuando exclamo Dios mío en la frase anterior, lo hago usando de un recurso literario muy lícito, que nada tiene que ver con mis creencias personales.)

Cuando estuvo guardada la primer muestra, volví a la cama y dormí hasta las siete, hora en que me levanté para recoger la segunda. Quiero hacer notar que la orina propia en un frasco se contempla con incredulidad; es un líquido turbio (por el sulfato de magnesio) de color amarillo, que al cerrar el frasco se deposita en pequeñas gotas en las paredes de cristal. Guardé ambos frascos en sucesivas  bolsas de papel para evitar que alguna mirada penetrante adivinara su contenido.

Salí a la calle en la mañana húmeda, y caminé sin atreverme a tomar un camión, apretando contra mi corazón, como San Tarsicio Moderno, no la Sagrada Eucaristía, sino mi propia mierda. (Esta metáfora que acabo de usar es un tropo al que llegué arrastrado por mi elocuencia natural y es independiente de mi concepto del hombre moderno.)

Por la Reforma llegué hasta la fuente de Diana, en donde esperé a Sarita más de la cuenta, pues había tenido cierta dificultad en obtener una de las muestras. Llegó como yo, con el rostro desencajado y su envoltorio contra el pecho. Nos miramos fijamente, sin decirnos nada, conscientes como nunca de que nuestra dignidad humana había sido pisoteada por las exigencias arbitrarias de una organización típicamente capitalista. Por si fuera poco lo anterior, cuando llegamos a nuestro destino, la mujer que había traicionado la Causa nos condujo al laboratorio y allí desenvolvió los frascos ¡delante de los dos! y les puso etiquetas. Luego, yo entré en el despacho del doctor Philbrick y Sarita fue a la sala de espera.

Desde el primer momento comprendí que la intención del doctor Philbrick era humillarme. En primer lugar, creyó, no sé por qué, que yo era ingeniero agrónomo y por más que insistí en que me dedicaba a la sociología, siguió en su equivocación; en segundo, me hizo una serie de preguntas que salen sobrando ante un individuo como yo, robusto y saludable física y mentalmente: ¿qué caso tiene preguntarme si he tenido neumonía, paratifoidea o gonorrea? Y apuntó mis respuestas, dizque minuciosamente, en unas hojas que le había mandado la Fundación a propósito. Luego vino lo peor. Se levantó con las hojas en la mano y me ordenó que lo siguiera. Yo lo obedecí. Fuimos por un pasillo oscuro en uno de cuyos lados había una serie de cubículos, y en cada uno de ellos, una mesa clínica y algunos aparatos. Entramos en un cubículo; él corrió la cortina y luego, volviéndose hacia mí, me ordenó despóticamente: "Desvístase." Yo obedecí, aunque ya mi corazón me avisaba que algo terrible iba a suceder. Él me examinó el cráneo aplicándome un diapasón en los diferentes huesos; me metió un foco por las orejas y miró para adentro; me puso un reflector ante los ojos y observó cómo se contraían mis pupilas y, apuntando siempre los resultados, me oyó el corazón, me hizo saltar doscientas veces y volvió a oírlo; me hizo respirar pausadamente, luego, contener la respiración, luego, saltar otra vez doscientas veces. Apuntaba siempre. Me ordenó que me acostara en la cama y cuando obedecí, me golpeó despiadadamente el abdomen en busca de hernias, que no encontró; luego, tomó las partes más nobles de mi cuerpo y a jalones las extendió como si fueran un pergamino, para mirarlas como si quisiera leer el plano del tesoro. Apuntó otra vez. Fue a un armario y tomando algodón de un rollo empezó a envolverse con él dos dedos. Yo lo miraba con mucha desconfianza.

—Hínquese sobre la mesa —me dijo.

Esta vez no obedecí, sino que me quedé mirando aquellos dos dedos envueltos en algodón. Entonces, me explicó:  

—Tengo que ver si tiene usted úlceras en el recto.

El horror paralizó mis músculos. El doctor Philbrick me enseñó las hojas de la Fundación que decían efectivamente "úlceras en el recto"; luego, sacó del armario un objeto de hule adecuado para el caso, e introdujo en él los dedos envueltos en algodón. Comprendí que había llegado el momento de tomar una decisión: o perder la beca, o aquello. Me subí a la mesa y me hinqué.

—Apoye los codos sobre la mesa.

Apoyé los codos sobre la mesa, me tapé las orejas, cerré los ojos y apreté las mandíbulas. El doctor Philbrick se cercioró de que yo no tenía úlceras en el recto. Después, tiró a la basura lo que cubriera sus dedos y salió del cubículo, diciendo: "Vístase."

Me vestí y salí tambaleándome. En el pasillo me encontré a Sarita ataviada con una especie de mandil, que al verme (supongo que yo estaba muy mal) me preguntó qué me pasaba.

—Me metieron el dedo. Dos dedos.

—¿Por dónde?

—¿Por dónde crees, tonta?

Fue una torpeza confesar semejante cosa. Fue la causa de mi desprestigio. Llegado el momento de las úlceras en el recto, Sarita amenazó al doctor Philbrick con llamar a la policía si intentaba revisarle tal parte; el doctor, con la falta de determinación propia de los burgueses, la dejó pasar como sana, y ella, haciendo a un lado las reglas más elementales del compañerismo, salió de allí y fue a contarle a todo el mundo que yo me había doblegado ante el imperialismo yanqui.

*II capítulo del libro “Ley de Herodes” de Jorge Ibargüengoitia, 1967



noviembre 11, 2012

Carta de Frei Betto a Ernesto "Che" Guevara



Escrita en el año 2003

Querido Che:

Pasaron muchos años desde que la CIA te asesinó en las selvas de Bolivia, el 8 de octubre de 1967. Tú tenías, entonces, 39 años de edad. Pensaban tus verdugos que al enterrar balas en tu cuerpo -después de que te capturaron vivo- condenarían tu memoria al olvido. Ignoraban que, al contrario de lo que ocurre con los egoístas, los altruistas jamás mueren. Los sueños libertarios no pueden confinarse en jaulas como pájaros domesticados. La estrella de tu boina brilla más fuerte, la fuerza de tus ojos guía generaciones por las veredas de la justicia, tu semblante sereno y firme inspira confianza en los que combaten por la libertad. Tu espíritu trasciende las fronteras de Argentina, Cuba y Bolivia y, llama ardiente, aún hoy inflama el corazón de muchos.

Cambios radicales ocurrieron en estos 36 años. El Muro de Berlín cayó y enterró el socialismo europeo. Muchos de nosotros sólo ahora comprendemos tu osadía al señalar, en Argel -en 1962-, las grietas en las murallas del Kremlin, que nos parecían tan sólidas. La historia es un río veloz que fluye sin ahorrarse obstáculos. El socialismo europeo intentó congelar las aguas del río con el burocratismo, el autoritarismo, la incapacidad de extender a lo cotidiano el avance tecnológico auspiciado por la carrera espacial y, sobre todo, se revistió de una racionalidad economicista que no sentaba sus raíces en la educación subjetiva de los sujetos históricos: los trabajadores.

Quién sabe si la historia del socialismo no sería otra hoy si hubiesen prestado oídos a tus palabras: "El Estado a veces se equivoca. Cuando ocurre una de esas equivocaciones, se percibe una disminución en el entusiasmo colectivo debido a una reducción cualitativa de cada uno de los elementos que lo forman y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes: es el momento de rectificar".

Che, muchos de tus recelos se confirmaron a lo largo de estos años y contribuyeron al fracaso de nuestros movimientos de liberación. No te oímos lo suficiente. Desde Africa, en 1965, escribiste a Carlos Quijano -del semanario Marcha, de Montevideo-: "Déjeme decirle, con el riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad".

Algunos de nosotros, Che, abandonamos el amor por los pobres que, hoy, se multiplican en la patria grande latinoamericana y en el mundo. Dejamos de guiarnos por los grandes sentimientos de amor para ser absorbidos por estériles disputas partidarias y, a veces, hicimos de amigos enemigos, y de los verdaderos enemigos, aliados. Minados por la vanidad y por disputar espacios políticos, ya no traemos el corazón encendido por las ideas de justicia. Ensordecimos ante los clamores del pueblo y perdimos la humildad del trabajo de base y, ahora, esbozamos vagas utopías para juntar votos.

Cuando el amor se enfría, el entusiasmo disminuye su pasión y la dedicación decae. La causa, como pasión, desaparece, al igual que el romance entre una pareja que ya no se ama. Lo que era "nuestro" suena como "mío" y las seducciones del capitalismo minan los principios, transmutan valores, y si aún proseguimos en la lucha es porque la estética del poder ejerce mayor fascinación que la ética de servicio.

Tu corazón, Che, latía al ritmo de todos los pueblos oprimidos y expoliados. Peregrinaste de Argentina a Guatemala, de Guatemala a México, de México a Cuba, de Cuba al Congo, del Congo a Bolivia. Saliste todo el tiempo de ti mismo, incandescente por el amor que, en tu vida, se traducía en liberación. Por eso podías afirmar con autoridad que "es preciso tener una gran dosis de humanidad, de sentido de justicia y de verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolastismos fríos, en el aislamiento de las masas. Todos los días es necesario luchar para que este amor por la humanidad viva se transforme en hechos concretos, en gestos que sirvan de ejemplo, de movilización".

¡Cuántas veces, Che, nuestra dosis de humanidad se resecó calcinada por dogmatismos que nos inflaron de certezas y nos dejaron vacíos de sensibilidad sobre los dramas de los condenados de la Tierra! ¡Cuántas veces nuestro sentido de la justicia se perdió en escolasticismos fríos que proferían sentencias implacables y proclamaban juicios infamantes! ¡ Cuántas veces nuestro sentido de la verdad se cristalizó en un ejercicio de autoridad, sin que correspondiésemos a los anhelos de los que sueñan con un pedazo de pan, de tierra o de alegría!

Tú nos enseñaste un día que el ser humano es el "actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad". Y que éste no es "un producto ya acabado. Los defectos del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que emprender un continuo trabajo para erradicarlos". Quizá ocurra que nos ha faltado subrayar con más énfasis los valores morales, los estímulos subjetivos, las ansiedades espirituales. Con tu agudo sentido crítico cuidaste de advertirnos que "el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecen, muchas veces, de conocimientos y de la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea de desarrollo del hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales, pues los métodos convencionales sufren sometidos a la influencia de quien los creó".

A pesar de tantas derrotas y errores, tuvimos conquistas importantes a lo largo de estos 30 años. Movimientos populares irrumpieron en todo el continente. Hoy, en muchos países, están mejor organizados las mujeres, los campesinos, los trabajadores, los indios y los negros. Entre los cristianos, una parte sustancial tomó la opción por los pobres y engendró la teología de la liberación. Extrajimos considerables lecciones de las guerrillas urbanas de los años 60, de la breve gestión popular de Salvador Allende, del gobierno democrático de Maurice Bishop, en Granada -masacrada por las tropas de Estados Unidos-, del ascenso y caída de la revolución sandinista; de la lucha del pueblo de El Salvador. En Brasil, el Partido de los Trabajadores llegó al gobierno con la elección de Lula; en Guatemala, las presiones indígenas conquistaron espacios significativos; en México, los zapatistas de Chiapas impusieron un nudo a la política neoliberal.

Hay mucho por hacer, querido Che. Preservamos con cariño tus mayores herencias: el espíritu internacionalista y la revolución cubana. Una y otra cosa hoy se intercalan como un solo símbolo. Comandada por Fidel, la revolución cubana resiste el bloqueo imperialista, la caída de la Unión Soviética, la escasez de petróleo, los medios que intentan satanizarla. Resiste con toda su riqueza de amor y humor, salsa y merengue, defensa de la patria y valoración de la vida. Atenta a tu voz, desencadena el proceso de rectificación, consciente de los errores cometidos y empeñada -atendiendo las dificultades actuales- en volver realidad el sueño de una sociedad donde la libertad de uno sea la condición de justicia del otro.

Desde donde estás, Che, bendícenos a los que comulgamos con tus ideas y tus esperanzas. Bendice también a los que se cansaron, se aburguesaron o hicieron de la lucha una profesión en beneficio propio. Bendice a los que tienen vergüenza de confesarse de izquierda y de declararse socialistas. Bendice a los dirigentes políticos que, una vez que dejaron sus cargos, nunca más visitaron una favela o apoyaron una movilización. Bendice a las mujeres que, en casa, descubrieron que sus compañeros eran lo contrario de lo que proclamaban afuera, y también a los hombres que luchan por vencer el machismo que los domina.

Bendice a todos los que, frente a tantas miserias que debemos erradicar de nuestra existencia, sabemos que no nos queda otra posibilidad que convertir corazones y mentes para revolucionar sociedades y continentes. Sobre todo, bendícenos para que, todos los días, seamos motivados por grandes sentimientos de amor, a modo de tomar el fruto del hombre y de la mujer nuevos.
Fray Betto*


Traducción: Rubén Montedónico

* Frei Betto es escritor, autor, en sociedad con Emir Sader, de Contraversiones. Civilización o barbarie en el cambio de siglo (Ed. Boitempo), entre otros libros.



noviembre 07, 2012

EL FANTASMA DEL PRESIDENCIALISMO.... Y LA REFORMA LABORAL




Un fantasma recorre los pasillos del Congreso de la Unión, es el fantasma del presidencialismo rapante. Más allá de las cuestiones positivas o negativas y,  de los intereses que afecta o privilegia la iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, lo que aquí nos interesa, es el visualizar la correlación de fuerzas entre los poderes Ejecutivo y legislativo, y como esa dinámica influye enormemente en la votación de la Reforma Laboral.

Una las características mas representativas del régimen priista del siglo pasado, era precisamente el sistema de gobierno presidencialista, un sistema que muchos creíamos que empezaba a morir en 1997, cuando el PRI perdió el control de la Cámara de Diputados  y se hacia indispensable la negociación entre las fuerzas políticas para lograr acuerdos. En si, el Poder Legislativo funcionando como tal, en una relativa autonomía y vida propia, no tiene más de 15 años -5 legislaturas-, en las cuales la fuerza política del parlamento ha quedado palpable, vimos  como ya no eran automáticamente aprobadas integra o parcialmente todas las iniciativas enviadas por el ejecutivo federal; observamos, por ejemplo, a Vicente Fox reprendiendo a los diputados cuando estos no aprobaron la propuesta de IVA en alimentos y medicinas, o cuando en el año 2005 fueron tantas las modificaciones al presupuesto federal 2006, que el presidente utilizo la herramienta del veto para frenar la aplicación de dicho presupuesto, de hecho en total fueron 11 las ocasiones que el Presidente utilizo esa facultad durante su sexenio.  También observamos a Felipe Calderón en cadena nacional “felicitando” de forma obligada a los diputados y Senadores por la aprobación de la Reforma Energética, aún a pesar de que ya no era la iniciativa enviada por Calderón, sino una reforma completamente nueva y relativamente consensada entre las fuerzas políticas y la sociedad civil, lo anterior a consecuencia de la presión social sobre el tema.

La inexistencia de un partido político con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, o que el partido del presidente no tuviera siquiera la primera minoría parlamentaria, alentaron por necesidad el fortalecimiento del Congreso de la Unión; y aunque las deficiencias eran extensas, y el fantasma del presidencialismo omnipotente siempre estuvo presente, el continúo fortalecimiento de las cámaras legislativas era palpable.

Pero en esta legislatura, y con el regreso al PRI a los Pinos con un presidente educado con las viejas practicas presidencialistas –que hizo patente durante su mandato como gobernador de EdoMéx- pareciera que se esta dando una involución legislativa,  que en esta correlación de fuerzas entre el presidente y el congreso, es nuevamente el presidente el que se impone sin mucha resistencia del parlamento.

La Reforma Laboral, inaugura la iniciativa preferente que se incorporó en la reciente reforma política, está es una herramienta de control por parte del ejecutivo hacia el parlamento que fue creada para acelerar la revisión (60 días) y eventual aprobación en el Congreso de las propuestas del Presidente, creada para evitar que los temas importantes para el presidente sean archivados en la “congeladora. Pero la iniciativa preferente dictada desde Palacio Nacional, por su misma naturaleza presidencialista y autoritaria anula el debate parlamentario, apresura las decisiones y no permite las discrepancias entre el Senado y la Cámara de Diputados, para poder así cumplir en tiempo los 60 días o menos que obliga esa disposición.

Si bien el Presidente utilizó la acción de iniciática preferente para obligar al congreso a discutir obligado y rápidamente el tema laboral,  para su aprobación recurrió a las debilidades que ha acarreado el parlamentarismo mexicano a lo largo de su historia, como lo son la falta de claridad en el reglamento interno para el buen funcionamiento del congreso  que dificultan su tarea, ya que o no existen reglas para algunos casos en especifico o, las existentes son tan confusas que son aprovechadas maliciosamente por los parlamentarios para beneficios de un grupo en especial, casos concretos fueron precisamente la falta de reglamentación sobre la iniciativa preferente, o la distribución de las comisiones legislativas, e inclusive el sentido de las abstenciones en las votaciones.  

Otra de las debilidades, es la inexperiencia de los legisladores en sus funciones, la iniciativa de reforma fue enviada con ventaja y alevosía el primer día, del primer periodo, del primer año de la legislatura entrante, para así aprovechar la confusión e inexperiencia de la mayoría de los recién estrenados diputados, tal como sucede cada inicio de una nueva legislatura. Esto debido a que México es, junto con Costa Rica, de las únicas 2 naciones en América que no contempla la reelección consecutiva de sus legisladores, y aunque existen mecanismos para darle verdadera continuidad y experiencia constante a los trabajos legislativos sin la reelección, como lo es la renovación fraccionada del congreso, esta tampoco se da en nuestro país. Las anteriores son dos acciones que harían de nuestro parlamento, un parlamento fuerte y continuo, necesario para el funcionamiento correcto de las instituciones nacionales.

Las “discusiones y votaciones” de la iniciativa de reforma laboral, también nos mostraron los vicios de la política mexicana, bancadas parlamentarias débiles y sin cohesión, donde pesan mas los interés particulares, o de los poderes facticos, que los intereses partidarios, populares e ideológicos.

Observamos por ejemplo, diputados panistas absteniéndose de votar, o votando en contra, de iniciativas de su propio partido; a legisladores perredistas votando en desunión –inclusive la mitad de la bancada se salió de la sala de plenos- que no es otra cosa, sino el síntoma de partidos débiles e ideológicamente extraviados, que da como resultado un congreso vulnerable a intromisiones de grupos de poder externos que pudieran cooptar consciencias. Imaginemos, si los partidos no tuvieron capacidad de disciplinar a sus diputados en una cuestión tan estratégica e ideológicamente cargada como lo es la REFORMA LABORAL ¿Qué pasara con otras reformas, o iniciativas menores, pero operativas, y con fuertes interés privados (Ley Televisa)?.

Otra de las fallas del Congreso de la Unión es el hacerse de oídos sordos ante los ciudadanos. Los pequeños logros dados en esta cuestión, principalmente durante el análisis de la Reforma Electoral en cuestión de Medios de Comunicación –en la que se dio voz a los concesionarios y artistas de las televisoras-, o en la Reforma Energética donde se realizaron 60 días de foros temáticos de discusión sobre el tema, ya no se dieron en estas discusiones  -posiblemente por los tiempos limitados-  de la Reforma Laboral, en las puertas de las cámaras se quedaron esperando los sindicados de la UNT, los sindicatos independientes, las organización civiles, las cámaras de comercio, los economistas, los abogados, los trabajadores; que hacen de esta reforma, una reforma a la antigua, de las que se imponen de arriba hacia abajo sin ser construidas de abajo hacia arriba.

Pareciera que el fantasma presidencialista  ha vuelto a la vida, tener un congreso dominado por el mismo partido en el que milita el Presidente de la Republica no es un sinónimo de avance, podrá ser un sinónimo de gobernabilidad, pero una gobernabilidad a un costo muy alto. La iniciativa de Reforma Laboral enviada por Felipe Calderón y aprobada por el Priismo en la cámara de diputados no es por la buena voluntad del PRI hacia Calderón, ya que esa reforma por 12 años la desaprobaron una y otra vez.

La aprobación de esta reforma es, abierta y cínicamente, un acuerdo entre los presidentes entrante y saliente; y mientras  el congreso sea equivalente a debilidad y sumisión política, seguiremos leyendo y escuchando las declaraciones de los coordinadores parlamentarios en la tónica de pedirle autorización no al pueblo –quien los eligió- si no a Peña Nieto para aprobar la  alguna iniciativa legislativa, o inclusive laboral de facto como voceros del presidente.

De continuar en esta dinámica, no esperamos mucho del congreso, porque tendremos unas cámaras de diputados y senadores inactivas, a la expectativa de lo que dicten desde Los Pinos, sin iniciativa propia, con reformas estructurales sin consenso, en fin, con pasos en retroceso buscando restaurar el presidencialismo que creíamos muerto, o por lo menos moribundo.  


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