agosto 31, 2013

Los errores de la #CNDH ante la #CNTE





Por Jaime Cervantes Valdez / Estudiante de Ciencia Política




¿Cuántos vidrios se han quebrado a causa de las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación? ¿Cuántos heridos o muertos se han suscitado en las últimas 2 semanas de manifestaciones de la CNTE en el DF? La respuesta es sencilla: ninguno, no ha habido conatos de violencia generalizada registrados, daños sistemáticos a la propiedad privada -que con tanto empeño protegen las instituciones del Estado-, y mucho menos heridos o muertos que lamentar.

Y es que muy a pesar de la imagen que nos han proyectado los medios de comunicación, donde se nos forja el perfil de maestros violentos e intolerantes, lo cierto es, que comparado con manifestaciones  en la misma Ciudad de México en ocasiones pasadas,  las protestas de la CNTE se han desarrollado dentro de las normas de la ciudad, y con relativa tranquilidad, esto último debido más que nada a la organización con las que se llevan a cabo y que evita cualquier intento de grupos de choque o infiltrados para desestabilizar las manifestaciones.  

Mas sin embargo, ante la magnitud de las protestas contra la reforma educativa que han  trastocado la vida cotidiana del Distrito Federal, un amplio sector de la sociedad civil, así como partidos políticos, diputados, senadores y empresarios, haciendo uso legítimo a sus derechos de libre expresión han argumentado y denunciado ante diversas instancias una serie de violaciones a sus derechos humanos y garantías individuales por parte de la CNTE. Estas denuncias se centran en dos rubros: 1) Violación al derecho de libre tránsito y 2) Pérdidas económicas.

La posible violación del derecho a libre tránsito –rubro en el que me centraré- , es un argumento constantemente utilizado por grupos políticos, así como por un sector de la sociedad, que no comulgan con la protesta social como método de participación política y de la cual han exigido regulación o prohibición, aun cuando ésta se encuentra protegida por los derechos de libertad de reunión, expresión y solución, todos ellos derechos humanos garantizados en tratados internacionales y en nuestra carta magna.

Hasta aquí cualquiera pudiera objetar que el derecho de uno termina cuando se afecta el derecho del otro. Pero deberíamos preguntarnos, ¿realmente las protestas de la CNTE violan el derecho al libre tránsito como reiteradamente se ha expresado por diversos medios?

El artículo 11 constitucional referente al libre tránsito en su primera parte nos dice:

 “Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes…”.

Las protestas sociales en ningún momento limitan el tránsito de las personas, cualquier individuo puede cruzar caminando una marcha o un mitin político y seguir la ruta hacia su destino, muy distinto, por ejemplo, a cuando en las vísperas del 1ro de Septiembre del 2012 (toma de protesta de Peña Nieto como presidente), la Policía Federal implementó una área de exclusión alrededor de Palacio Nacional y Palacio Legislativo en el que sí se impedía el tránsito de los ciudadanos salvo que comprobará la residencia dentro del área.

Pero esto deviene del error de los ciudadanos y gobernantes quienes trastocando la definición de “libre tránsito” que nos brinda la constitución, argumentan que el sólo hecho de que se detenga el tráfico de vehículos es una limitante al libre tránsito. ¿Acaso los automóviles adquieren garantías individuales por ser conducidos por un ciudadano?, algunos piensan que sí, ante ello, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación atendiendo diversos amparos que se promovieron en el año 1996 contra el programa capitalino del "hoy no circula" que limita la circulación de vehículos un día a la semana, se pronunció de la siguiente manera:

“La garantía individual que consagra la norma constitucional supracitada (artículo 11) no consiste en el derecho del libre tránsito en automóvil, sino en el derecho que tiene "todo hombre", es decir, toda persona en cuanto ente individual, para entrar, salir, viajar y mudar su residencia en la República sin que para ello requiera documentación alguna que así lo autorice, pero siempre refiriéndose al desplazamiento o movilización del individuo, sin hacer alusión en lo absoluto al medio de trasporte, por tanto, ha de considerarse que la garantía de libre tránsito protege al individuo únicamente, no a los objetos o bienes en general, del mismo.Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Pleno, tomo III, febrero 1996, p173

Entonces, con esa resolución de la SCJN, se puede sostener que si bien existe una afectación a la sociedad en general debido a las marchas,  no se puede equiparar con una una violación al derecho humano y garantía de libre transito. Y si no hay violación a las garantías de los otros, por ende tampoco debe de hacer ejercicio de la  de la fuerza pública bajo “los principios de racionalidad, congruencia y proporcionalidad” tal como extrañamente lo ha propuesto la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, como que si hasta el momento las fuerzas del Estado hayan mostrado conocer siquiera esos principios. O las “medidas precautorias” “para la protección los derechos (de libre tránsito) de la sociedad general” -exigidas por la CNDH al gobierno perredista de Miguel Ángel Mancera- que no es otra cosa que la anuencia de la comisión al posible uso de la fuerza pública contra los maestros.


Ante la actuación de la CNDH y la CDHDF los ciudadanos debiéramos de preocuparnos, no ya de que otros ejerzan su derecho a exigir ser escuchados por el gobierno, sino de que las instituciones que debieran de protegernos de los abusos del Estado, se presten a linchamiento -ya no solamente mediático- contra los que se organizan para protestar. ¿Acaso al igual que el IFAI, las comisiones de derechos humanos están perdiendo paulatinamente la autonomía que habían ya logrado en los últimos 12 años?, ¿Será que tiene razón AMLO cuando acusa al presidente de la CNDH, Raúl Plascencia, de actuar incorrectamente porque “le debe su cargo a (Manlio Fabio) Beltrones”, coordinador de los diputados priistas? Por el bien del país, esperemos que no. 



agosto 14, 2013

¿SE VENDE #PEMEX O LA RENTA PETROLERA?





Por Jaime Cervantes Valdez / Estudiante Ciencia Política



Cuando Gustavo Madero, presidente nacional del PAN, y Enrique Peña Nieto, presidente de la República  nos indican categóricamente que en sus respectivas propuestas de reforma energética no se plantea la venta de “ni un solo tornillo de PEMEX” no están mintiendo, es raro, pero dicen la verdad en ese apartado. Ni la propuesta energética del PAN, y mucho menos la del PRI-Gobierno plantean la venta, propiamente dicha, de la paraestatal.

Pareciera que después de intensos sondeos han caído en la cuenta que las malas experiencias de las ventas totales de paraestatales como TELMEX o INMEVISIÓN llevadas a cabo durante el sexenio salinista –y la posterior crisis económica- siguen más que presente dentro de la memoria y el ideario colectivo. Así, una propuesta en la que se incluyera la venta total o parcial de PEMEX estaba más que condenada al fracaso y una posible desestabilidad política. Esto ha conducido principalmente al Gobierno Federal a desistir de una agresiva reforma energética, y presentar una propuesta  que a la vista de los mercados internacionales, ávidos por entrar en el sector petrolero mexicano, son “moderadas e insuficientes”.

El revés del Gobierno Federal por una reforma energética tal como lo exigían los mercados internacionales, y tal como lo había prometido Peña Nieto en sus giras por Estados Unidos y Europa hace escasos algunos meses, ha trasformado todo el escenario para el conflicto de la que los medios internacionales llaman “la madre de todas las batallas” entre las distintas visiones sobre el futuro de México.

Así, en este nuevo contexto, nos encontramos al presidente de la República, a sus secretarios de Estado y a los tecnócratas neo liberales enalteciendo la figura del Gral. Lázaro Cárdenas del Rio, ex presidente que pareciera que en los últimos 30 años había sido enviado al basurero de la historia por los gobiernos neo-liberales  condenándolo al olvido gubernamental, para convertirse  meramente una bandera de lucha de los movimientos de izquierda.  O a los dirigentes del PRI llamando a movilizaciones nacionales en defensa de PEMEX y de la propuesta energética del presidente Peña Nieto.

Mientras la izquierda que ha sido incapaz de lograr tanto la unidad política, como una propuesta consensuada de reforma energética, se encuentra enfrascada  bajo un discurso idéntico al utilizado en el año  2009 contra la  otrora reforma energética propuesta por el entonces presidente Felipe Caderón. Está misma no ha logrado comprender que con la moderada propuesta de Peña Nieto –si se compara con lo esperado- el contexto y escenario se han trasformado radicalmente, que ya no es la privatización o no de PEMEX lo que se disputa, sino que es el destino de la renta petrolera que genera PEMEX y su posible repartición de utilidades con empresas privadas.  Por esa razón, hoy de forma casi surrealista vemos tanto spots de los partidos de izquierda, como del mismo poder ejecutivo llamando a la “NO privatización de PEMEX”.

Pareciera pues que a la izquierda se le ha difuminado el enemigo a vencer: la privatización de PEMEX. Y no han sabido encausar la lucha contra dos embestidas neoliberales un tanto más sutiles: 1) Privatización propiamente dicha de la energía eléctrica y 2) la disminución porcentual en términos reales de la renta petrolera.

A diferencia de las reformas aprobadas en los últimos 8 meses, la Reforma Energética no fue presentada por el Pacto por México en conjunto, sino por cada actor por separado. ¿A grandes rasgos que exponen las propuestas de reforma energética en el rubro de hidrocarburos de los 3 principales partidos políticos?

El concepto clave de la propuesta del Gobierno Federal es “contrato de riesgos”, Peña Nietro propone modificar el artículo 27 constitucional no para insertar la opción de concesiones –tipo televisa-, sino para eliminar la prohibición de que PEMEX celebre contratos en lo que se refiere a extracción de hidrocarburos.  Con estos contratos, las empresas privadas de forma autónoma explorian el territorio nacional en búsqueda de petróleo, y en caso de encontrarlo sería PEMEX –siendo propiedad de la nación- quien lo venda, pero bajo un contrato de “repartición de utilidades” entre la empresa privada y la paraestatal. Las ganancias pudieran –según la reglamentación secundaria- repartirse por ejemplo 50% y 50% entre las dos empresas, aunque a las empresas privadas se les cobraría el respectivo impuesto sobre su ganancia.

PEMEX arguye que las utilidades pagadas la dicha empresa privada entrarían en el concepto de "costos", y tomando en cuenta que la renta petrolera no es otra cosa más que la ganancia resultante entre valor de la venta menos los costos para producirlo, se puede afirmar que nominalmente la "renta petrolera" queda en un 100% en manos de la nación, aunque en términos reales los costos tenderían a aumentar y la renta petrolera a disminuir. La defensa de esta propuesta es que en el régimen actual, PEMEX contrata empresas de perforación y en caso de no encontrar petróleo, PEMEX tiene correr con el total de los riesgos -costos- de la perforación fallida. En esta propuesta la inversión privada es a través de PEMEX.

Los dos conceptos claves de la propuesta energética del PAN son  “concesión” y “apertura a la competencia”. Si bien el PAN tampoco pretende la venta de PEMEX, lo que si busca es que el sector energético nacional en el área de hidrocarburos se habrá al libre mercado, permitiendo a las empresas privadas trasnacionales -vía concesiones- extraer, procesar y vender el petroleo mexicano, mientras que PEMEX como empresa del Estado seria un competidor más en el mercado interno. El argumento del PAN, es el que solamente a través de la competencia PEMEX se vería en la necesidad de mejorar. En esta propuesta la renta petrolera se extraería del impuesto que el Estado Mexicano cobraría a las empresas trasnacionales privadas por las ganancias de la venta de petróleo nacional.

Los conceptos claves de la propuesta energética de la Izquierda –aunque no la han dado a conocer formalmente- son modernización, transparencia y autonomía. La izquierda plantea que PEMEX no necesita inversión privada de ningún tipo, que es autosuficiente con las ganancias que genera y que la colocan como la 5ta empresa más rentable de América Latina y la 34 a nivel mundial. Pero que es necesario darle la autonomía necesaria para que reinvierta sus ganancias en infraestructura y modernización, que se le dé un régimen fiscal flexible y se que exista una verdadera transparencia en sus finanzas para evitar la corrupción. en esta propuesta PEMEX mantendría el monopolio petrolero en el país y se potencializaria como palanca de desarrollo nacional.

Pero lo anterior solamente es un apartado de la reforma energética, existe otro gran bloque, olvidado por los medios  de comunicación nacionales y por los actores políticos, y es el apartado de la Energía Eléctrica, en este tema, el gobierno federal plantea la apertura total del mercado en las principales áreas del sector de Energía. Una propuesta que sin lugar a dudas afectaría directamente el bolsillo de todos los mexicanos y la industria nacional, pero este tema lo vemos en el siguiente artículo.

Pdta: El postergado debate de la Reforma Energética ha comenzado, pero para el Pacto por México, primero va la reforma político-electoral....





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