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La democracia prostituida, la democracia de papel, la democracia vendida, la democracia robada, la democracia que simplemente no es democracia. La democracia no solamente es tener y ejercer el derecho de votar cada determinado tiempo por un número de candidatos a gobernar. La democracia debe ser un estilo de vida en todo momento, en todas partes, en todos los ámbitos.
¿Pero qué pasa cuando la democracia no se defiende? ¿Qué pasa Cuándo el ciudadano se
limita a la pasividad/indiferencia y no hace una constante la defensa de sus
derechos?.
La democracia actual no es la
misma que la democracia que se empezó a forjar a finales del siglo antepasado
en Estados Unidos o Francia, y es que si bien en algunos aspectos pudiera ser mejor,
como el acceso de una amplia población al derecho a votar, o en la
fortaleza de este sistema que ya no se encuentra endeble a las coyunturas belicistas; en algunas cuestiones, la democracia actual, no puede ser mejor que el de hace
doscientos años, por ejemplo en la banalización de la democracia, en el
espectáculo creado en base a las elecciones, o inclusive en el negocio electoral.
Se podría suponer que la
ciudadanía de ahora se encuentra en un nivel más educado que la ciudadanía de
hace 200 años, mas sin embargo, la ciudadanía de ahora está dispuesta a elegir
como gobernantes a personalidades con nulas capacidades en el gobernar; la
ciudadanía de ahora se deja guiar en cuestiones de democracia por los artistas
masivos de los medios de comunicación y deja a los intelectuales –que pudieran
ser la consciencia social- de lado; la ciudadanía de hoy vende su voto y su
futuro por una despensa; En sí, la ciudadanía hoy, ya no razona y medita sobre su voto, sino que su "decisión" es en base pasiones de diversos tipos; esto posiblemente porque han perdido la
noción de la importancia de la democracia, o han perdido, tal vez, la esperanza
en el cambio por medio de las urnas.
Hoy los que gobiernan son los más
guapos, más famosos, los que hablan más bonito, los que gastan más dinero, los
que salieron más en televisión, los que hacen más suciedades electoralmente,
los que tuvieron más capacidad de movilizar/coaccionar a votantes, los que
tienen los mejores padrinos políticos, los que distorsionaron más la ley.
Las propuestas políticas, que
debieran de ser la base de toda elección democrática, han quedado en el olvido
tanto para gobernantes como para gobernados, a los primeros no les importa
proponer, y los segundos ya no creen en las propuestas, posiblemente ya
es tanta la decepción de la experiencia democrática vivida, que han perdido la
fe en el sistema y prefieran dejar de pensar y luchar –si es que alguna vez lo
hicieron- y así vivir en la comodidad de la indiferencia.
Pero es precisamente esa
indiferencia la que nos ha hundido en el vacío democrático que hoy
vivimos. Sería bueno saber en qué
momento, y cuáles fueron las razones por las que la ciudadanía dejo de
participar -más allá del voto-en la política, buscar el momento histórico en el
que se dejó hacer y decidir todo a la clase gobernante, clase que por más
intelectual que haya sido en su momento, no era inmune a las perversiones del poder, y hoy esta pervertido.
Porque la democracia, como
escribí al inicio, se trata de vivirla, hacerla parte de nuestra cotidianidad y implica, claro, defenderla. Es necesario enmarcarla en una lucha entre el
ciudadano que la defiende y la clase gobernante siempre latente a destruirla
y/o pervertirla; hoy por hoy en esa
correlación de fuerzas, la ciudadanía se encuentra noqueada.
Posiblemente por eso mismo ya no
es necesario para la clase gobernante la opción de la dictadura, una democracia distorsionada como la actual, da una cierta comodidad también al gobernante, porque
puede rehuir a su responsabilidad en los males que aquejan a la sociedad
aludiendo a “que todos son libres, por lo tanto los males de cada uno son
individuales por no salir adelante en este sistema de libertad y democracia”, pero a la vez puede manipular y controlar a esa masa con las
herramientas como los medios de comunicación, fuerzas del estado y limitación de
derechos, todo lo anterior en “defensa de las libertades democráticas”.
Es necesario defender a la democracia, pero no la que actualmente vivimos en nuestro pais. Se debe de empoderar al ciudadano con herramientas para tener control sobre
los gobernantes. Herramientas como el plebiscito, referéndum o iniciativa ciudadana han dado buenos resultados en el camino hacia una democracia si no real, por lo menos un tanto mas fiel a los ideales que la fundaron. Pero ese empoderamiento no tiene que nacer desde “arriba”, no
debe ser forzado y a la vez manipulado desde la clase gobernante, esas
herramientas deben nacer desde las bases ciudadanas, ser exigidas desde abajo, se debe dar un proceso de maduración política abajo, de otra forma no habría un cambio real.