marzo 04, 2013

El CAMINO TORTUOSO DE ELBA






Por Octavio Camelo Romero
Maestro universitario, Economista. 

Como debería de suceder, el Estado Mexicano recupera su atribución de dictar las Políticas Públicas en materia educativa. Si para ello había que acusar de delincuencia organizada a Elba Esther Gordillo y unos cuantos más, pues había que hacerlo. Lo que llama la atención en este punto es la deslealtad de los seguidores de Doña Elba. Hicieron mutis y negaron tres veces su nombre como lo hizo Pedro con Jesús. Sin embargo queda una interrogante. Cuáles serán, uno, la concepción oficial de la Educación Nacional y, dos, el Diseño Curricular de las Normales, de la Educación Temprana, de la Educación preescolar, de la Educación Escolar, de la Educación Secundaria y del Bachillerato, en tanto todas constituyen la Educación Básica?

En este espacio hemos derrochado galones y galones de tinta al tocar estos temas. Y por decir algo, la Educación Básica debiera tener como objetivo fundamental el Desarrollo Integral de todas las potencialidades del Ser Humano en todas y cada una de las etapas y fases de su desarrollo. Si este fuese el objetivo, entonces necesariamente habría que tener en cuenta, uno, la multiplicidad de las inteligencias, dos, el desarrollo de las competencias correspondientes a cada etapa de la vida, tres, la transmisión de la experiencia histórico-cultural y cuatro, la conceptualización del Humano como un Ser Biológico, Psicológico, Social e Histórico. Este modo de percibir plantea la modificación del tratamiento a los asuntos educativos. Para empezar no puede darse tratamiento igual a los desiguales. La diversidad de Seres Humanos demanda diversidad en su intervención, en la forma y en el contenido de su Educación y Evaluación de su desempeño. Y en este punto hay una incongruencia del Estado Mexicano. La evaluación no puede circunscribirse a un examen o prueba. En fin, dejemos el tema para debate.

Otra dimensión del caso de Doña Elba es la recuperación del SNTE para el control del magisterio nacional tanto para mantenerse disciplinado al Estado Mexicano como para apoyar político-electoralmente al PRI-Gobierno. La salida de Elba Esther fue tortuosa porque la señora es soberbia y prepotente. Si hubiera aceptado dejar al sindicato, hubiera salido por la puerta grande. Pero se le olvidó lo ocurrido a su antecesor y a la Quina. Por lo pronto en las elecciones locales e intermedias federales se verá al SNTE-PRI como en los viejos tiempos. Al tiempo sabremos la verdad.



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